Francisco Ponce Carrasco

Crepúsculos veraniegos – El Abrelatas

Poner sillasCostumbres que nos gusta alentar a seguir, por lo que tienen de encanto y relación espontanea con nuestro prójimo

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Uno de los atractivos del descanso veraniego son las tertulias nocturnas. Hay que esperar a los días de vacaciones para retomar el ritmo del recuerdo, del ingenio, de la añoranza o la fantasía, reunidos en la playa o a la puerta de una casa en un pueblecito de montaña donde cada cual ha llevado su silla, que pone en círculo.

En ocasiones se acude a la tertulia con un bocata de tortilla de patatas, alguien saca una mesa plegable y hasta alguna mecedora de rancia rejilla para los más ancianos, siempre dispuestos a evocar las noches de sus mocedades. Las cuentan una y otra vez, quizá con voz quebrada, llena de emocionada nostalgia.

Sí, amigos, todavía es posibles encontrar estas sensaciones a poco que apaguemos el televisor y los teléfonos móviles, y nos aislemos de guerras, raptos, corrupciones y otras lindezas que en la actualidad nos agobian.

Ya vendrá el mes de septiembre para regresar inmisericorde a la espiral de los despropósitos.