<<Que la gente con rostro sonriente en la Navidad, se haga habitual durante todo el año>>
Mucho se especula sobre la repercusión de la crisis en las compras y hábitos de la Navidad: ¿se notará? Lógicamente sí, como en todo. Sin embargo, estas fiestas entrañables exigen un esfuerzo máximo y, sin importar cantidad de regalos o abundancia de comida, seguro que las amas de casa, que son portadoras de magia, procurarán que no falte un pequeño adorno alusivo, un modesto extra, que nos recuerde las fechas y, sobre todo, que estas se puedan pasar juntos, arropados en la familia y con la esperanza de que todo mejore.
Ya sé – faltaría más – que pedir una sonrisa a los muchos parados es difícil, también a las familias con dificultades económicas, pero sonreír no cuesta dinero y puede hacer feliz a quienes están a nuestro lado, en especial a los más pequeños, que escudriñan en nuestros semblantes y esperan el llamativo colorido de un juguete.
Que un año más, el espíritu de la Navidad se haga presente en todos los hogares.