Ojalá que al quemarlas, el fuego purificador haga que desaparezca tanta incongruencia y desatino
Este año las Fallas, por cuanto se puede ver a través de la exposición del ninot y lo que hemos comprobado en algunos talleres falleros, vienen cargadas de sátira política, como no podía ser de otra manera, dado los tiempos que corren.
Es habitual que algunos artistas falleros se reserven escenas para temas de última hora, pero sabemos que esta práctica se aumentó en el presente año de forma considerable y es tanto lo que se sucede cada día que las fallas, monumentos vivos, si no tuvieran el compromiso lógico de la fecha de plantà, se seguirían actualizando hasta ese mismo día.
Los ninots, caricatos de las personas más relevantes en el mundo político, financiero y de la farándula, se verán reflejados en nuestras fallas en escenas que nos recordarán la tragicomedia de la vida.
Ojalá que al quemarlas, el fuego purificador haga que desaparezca tanta incongruencia y desatino, como la leyenda urbana vaticina, pero de una forma real, no simbólica, y para siempre.