Francisco Ponce Carrasco

Es para miccionar y no echar gota – El Ventanuco

El Ventanuco de Ponce

Estamos llegando al absurdo más flagrante entre los post-modernos una generación que está en posesión de lo sublime y que nos vienen a implantar normas de conducta según un ideario de respeto hacia los animales que apunta a la culta-incultura.

Es loable que se persiga el maltrato físico a los animales – al parecer a todos los animales- beneficiosos y dañinos pues el ecosistema ya hará su selección natural, pero no es suficiente, también hemos de cuidar el lenguaje para que estos no se sientan ofendidos y víctimas, sufriendo en su subconsciente o consciente -vete a saber – el despecho de quienes les mencionan despectivamente.

<<Ahondemos en esta nueva problemática: el especismo es la discriminación de las otras especies. En esta reivindicación en concreto, de los animales. La asociación SVF -Ser Vegan es Fácil- explica, en primer lugar, que el ser humano también es un animal, y niega, después, que las cualidades del animal humano o no humano desempeñen un papel lo suficientemente importante para justificar un uso diferenciado de las palabras.

Por eso intentar denostar a alguien diciéndole «eres un cabeza de chorlito», «eres un buitre», «qué burro eres», «no seas rata» o «te comportas como un cerdo» es incurrir en lenguaje especista.

Todos los seres capaces de sentir -seres con consciencia-, humanos o no humanos, tienen el derecho básico de no ser explotados como una propiedad o un recurso, señalan en su discurso. >>

Digo yo si debemos cambiar nuestro léxico a algo así:

«Suministrele un  extracto de ubre de vaca, cedido voluntariamente por la misma para evitar una mamitis» (Antes: Dele una buena leche)

«Pobre paloma le vino un <<apretón>> y excrementó sobre mi cabeza» (Antes: ¡Paloma cabrona!)

«Tienes un pelo abundante y con lustre como un oso» (Antes: Eres más peludo que un puto oso)

Ciertamente se me ocurren más tonterías <<humanas>>, pero no quiero cansar a los <<animales>>.