Francisco Ponce Carrasco

Un soplo de esperanza – El Abrelatas

Las constantes malas noticias, nos privan de pensar en positivo sobre el otro lado de la moneda

Porque existen en el mundo buenas personas, funcionan los hospitales, los transportes públicos, el servicio de bomberos y así un largo etcétera de profesionales que se dedican a los demás.

También son muchos los que, en España, prestan su tiempo al voluntariado, o sea, a favorecer y ayudar a quienes más lo necesitan. Tratan a diario con toxicómanos y marginados sociales. Cuidan enfermos y ancianos sin esperar ningún ‘plus’, tan sólo el de sentirse bien consigo mismos a través de lo que hacen desde la humildad; es posible que también les reconforte el fervor que algunos les profesamos, por ello les dedico esta columna, como tributo de admiración y respeto.

Pensemos que gente así, equilibra algo la balanza y contrarresta la constante presencia de tantos granujas y desalmados que se mueven a nuestro alrededor.