Las “marcas” son un buen activo, pero cuidado <<con ellas no se juega>> y si lo que soporta es un producto deficiente, el efecto será dañino, y se extenderá al resto de los fabricados de la empresa
Crear una marca es mucho más que colocar una etiqueta y un nombre a un producto. Es toda una filosofía de marketing, conseguir las expectativas del consumidor, conocer bien el mercado de destino y tener imaginación para resaltar las cualidades del producto ajustándose a la verdad.
Actualmente la marca es una realidad económica y social de máxima importancia. Se requiere un alto nivel de conjunción entre el nombre de la marca, el logotipo corporativo de la empresa y el fabricado que la soporta, todo esto ha de ser capaz de conseguir en el consumidor el sentimiento emocional que despierte la idea de fidelidad en la compra, que es básicamente el objetivo prioritario.
¡Pero cuidado!, hay algo más, la marca tiene su responsabilidad, un compromiso con el mercado que la someterá al más alto control.
La marca es la memoria del producto en el recuerdo, impresiones y realidades extraídas por el consumidor tras su uso y de todo ello dependerá el futuro éxito.