En estos momentos estamos siendo manipulados desde todos los frentes: financieros, políticos, de creencias y valores, también desde los regionalismos
Todos nos arrimamos hacia nuestros intereses de la forma más descarada y falta de una mínima reflexión, lo hacemos influenciados por el puro egoísmo sin <<pensar en los demás>>, con lo que corremos el peligro de convertirnos en un ‘jauría’ de lobos de fácil dentellada y gran voracidad.
Miremos en nuestra actitud diaria y veremos cómo adoptamos una tendencia a alimentar el fuego de la desunión de la crítica interesada, facilona y de actualidad.
¡Pues mira por donde yo no estoy de acuerdo! Me reconozco como uno más, pero no me hace feliz y me doy cuenta de que ciertas personas que conozco se han convertido en puros carniceros de la vida, arremetiendo contra todo lo que se mueve.
Por eso quisiera recapacitar y que cada cual realizara consigo mismo un ejercicio de reflexión desde la honradez y desde la convivencia, y en este ejercicio fuéramos capaces de ser humildes, solidarios, pacientes y comprensivos con la realidad que nos está tocando vivir, sin abandonar por ello nuestra contribución realista hacia posibles soluciones de futuro que seguro vendrán.
Se actúa con ira y odio, nos dejamos influenciar con facilidad, y nuestra vida acabará siendo un sufrimiento irreversible y habremos perdido la oportunidad de hacer buena la máxima antes apuntada de <<piensa en los demás>>. Es importante tratar de empatizar con los humanos, en especial los cercanos.
Claro que la mayoría no se verán reflejados y acudirán al escapismo diciendo, yo lo hago, son los otros los malvados.
Así puede ocurrir como en el cuento:
<< Un suicida que marchaba en una autopista por el carril de sentido contrario, cuando la policía con un potente altavoz grita ¡Cuidado con un loco que circula en sentido contrario! A lo que el despistado conductor dijo ¡Uno… uno…todos van en sentido contrario!>>