Con el título: “Las palabras y la lengua”,
se publica en 20minutos, el jueves 04-03-10
“El Abrelatas”, del escritor Francisco Ponce
Podría haber puesto un titular diferente. Por ejemplo solo: “La Lengua”. Posiblemente hubiese suscitado interpretaciones del concepto pícaras o con doble intención, asegurándome críticas varias y algún posible reconocimiento sobre la audacia.
Existe un abismo entre el lenguaje de quienes analizan lo que dicen y el de las personas que utilizan solo expresiones adquiridas en la propia vida. Hace unos días, escuché en la televisión a una psicóloga, muy fina, preguntando en un coloquio a una experimentada señora: “En su relación interpersonal, su compañero ¿Respeta su identidad? ¿Satisface su sexualidad?” La valiente mujer respondió: “¡No!, hace cuatro años que no pruebo el chorizo ¿Me entiende usted?” La psicóloga ni sonrió, su estructura verbal se derrumbó hecha añicos. Preguntaba por identidades y relaciones amorosas y le respondían con embutidos.
Sabido es que cada cual puede expresarse en el lenguaje que prefiera. Si bien las palabras deben meditarse, porque una vez manifestadas y sacadas de la nada, donde habitan, ya no hay manera de rescatarlas para el olvido.