Todos los días del año… pero especialmente en verano, las <<FRUTAS>> no deben faltar en nuestra dieta
El ritmo de vida, cierta disgregación en horarios familiares, los múltiples y machacones impactos publicitarios han cambiado los hábitos del postre hasta el punto que, los derivados lácteos, la bollería industrial, los helados y otros, han tomado activo protagonismo.
En la restauración con cierta frecuencia, se da el caso que cuando terminas de comer y solicitas el postre, de corrido te ofrece un sinfín de posibilidades en las que se suele omitir la fruta.
Será que a la fruta fresca no se le ha sabido atribuir su valor añadido, o que es más “progre” tomar postres muy elaborados con nombres de difícil pronunciación, si es posible introduciendo un “anglicismo”, especialmente si se tiene <<público>> que le escucha, ya que se piensa que eso les pone una pincelada de cultura.
A uno le gustaría comer fruta pero ¿tienen?, miras a tu alrededor y en un murmullo discreto, con tono bajo preguntas ¿y fruta?, las respuesta suele ser <<voy a ver qué queda>>, se te abre un hilo de esperanza, falso, porque suelen regresa con la consabida frase, ¡se ha terminado! y te miran como si fueses raro.
Con el presente comentario, sólo pretendo recomendar a las madres de todos los tiempos que utilicen frutas, por salud, calidad de postre, economía, y regalo al paladar.