La vida tiene varias fechas de la <<verdad>>, una de ellas cuando te jubilas
Las cenas homenaje para quien deja el trabajo tras alcanzar un acuerdo con la empresa, o tal vez, un desacuerdo, no son más que una reunión disfrazada de postiza camaradería, aunque no podemos negar cierta dosis de auténtica alegría por parte de algún ‘trepa’ que ambiciona el puesto vacante.
La ceremonia culmina con el regalo para el que todos han aportado su donativo, algunos de mala gana, otros exhibiendo su largueza, sin que falte el que nunca ‘lleva suelto’.
Un clamor encendido por el alcohol, se eleva cuando la aturdida víctima alza en sus manos la ‘placa’, con texto lapidario.
Para colmo, le obligan a pronunciar un discurso en el que, haciendo de tripas corazón, elogia los largos años disfrutados en tan grata compañía, la burda representación acaba y el mantel cuelga como un telón ajado, alguien hace una foto de grupo que perpetúe el momento.
Después marchan de copas, observando, de soslayo, al que ya no forma parte de la manada.