La legumbre es un alimento que encaja con los principios característicos de la dieta mediterránea
La ONU ha declarado por primera vez este domingo, 10 de febrero, el Día Mundial de las Legumbres, en una triple apuesta por la lucha contra el hambre, la salud y el medio ambiente.
El consumo de legumbres en nuestro país ha ido cayendo progresivamente y poco a poco desde la década de los setenta. Los expertos en nutrición alertan que hay que revertir esta situación y volver a colocar este superalimento en sitio muy destacado en nuestra mesa y varias veces por semana.
Las legumbres en todas sus variedades –lentejas, judías, habas, guisantes, garbanzos, altramuces e incluso soja– son una fuente vital de proteínas de origen vegetal y aminoácidos. Otra de las principales características de este superalimento es que apenas tiene grasa y la poca que contiene es de origen “poliinsaturada”, según estudios aportan también a nuestro organismo micronutrientes, minerales como calcio, fósforo, hierro y manganeso, además de vitaminas B1 y B2.
Algunos estudios avalados por la FAO indican que la combinación en la alimentación de legumbres con otro tipo de alimentos puede ayudar a incrementar los valores nutricionales de estas.
En el caso de las lentejas, el cuerpo absorbe más cantidad de hierro si se combina con vitamina C, concretamente con zumo de limón o cualquier otro alimento que contenga esta vitamina.
Sin embargo cuanto <<daño>> le hace la frase de nuestro titular, “Lentejas, si quieres las comes y si no, las dejas”, ya que en el acervo popular, al dicho, le connota que indica una determinada acción de imposición y/o acción obligatoria, y nadie en la actualidad, queremos ser obligados a nada. ¡Faltaría más!
Permitida la licencia de nuestro comentario anterior, les informamos que Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, hasta junio de 2018 el consumo estimado de cereales en conjunto en los hogares de nuestro país, fue de 3,5 kilos por persona y año, un 6,5% más que en 2016.
Pese a este dato positivo y al impulso que se ha dado en los últimos años, el consumo de legumbres no llega al 0,5% del gasto total de alimentos realizado por los hogares españoles. Siendo uno de los mayores consumidores de Europa, todavía estamos lejos de la media mundial, que se sitúa en torno a siete kilos por persona y año.