Francisco Ponce Carrasco

El estornudo de Napoleón de Jorge Richter – El Ventanuco

El Ventanuco (Prensa)

Título ingenioso, para un libro interesante y diferente, que nos acerca las otras “historias”

 

Es diferente porqué mantiene el interés a lo largo de sus 50 pasajes, que informan y descubren las vivencias de las épocas en que está situada la narración, con una trama tejida con destreza y basada en lo cotidiano, mostrando la otra realidad, ligeramente novelada, de los hechos <<históricos>>, que el azar o la premeditación, dejaron olvidados en la nebulosa.

Jorge Richter, desmenuza lugares, profesiones, personajes y hechos, que interesa conocer y lo trasmite con un léxico entendible y en casos con una sutil segunda intención.

Hacia el final del libro encontraremos la justificación del título, toda una “metáfora” fraguada con sapiencia y propósito.

El volumen “El estornudo de Napoleón>>, bien editado y encuadernado en rustica bajo el sello “El talón de Aquiles”, consta de 224 páginas con espacios de cortesía, una letra en tipo y espacios clara –que se agradece – con una docena de imágenes blanco/negro, que ilustran y aportan datos de esa etapa.

Este apartado lo cierro con una intención clara de recomendarles su adquisición y lectura, ya que a mi juicio, merece la pena.

Con relación a la presentación de la obra del pasado martes día 19 de febrero 2019, en el salón de actos de la Biblioteca Pública de Valencia, fue todo un despliegue de excelente organización con dos <<toques>> sobresalientes, la figura viviente de “Napoleón” escenificada por Alejandro Morte, contando en primera persona algunas de sus andanzas, y la música de la época a cargo del cantautor y guitarrista Toni Cotoli, quienes pusieron el ambiente propicio para la expectación.

La mano creativa de Marga Alcalá, responsable de protocolo, se hizo notar.

Tampoco podemos olvidar la mesa que presidía el evento compuesta por Alfredo Cot, Mauro Guillen y el propio autor Jorge Richter, que estuvieron a gran altura al presentarnos la obra y al autor, luego esté cogió la “manija” de la palabra y nos informó del porqué de este libro, nos contó anécdotas, vamos que no soltó la palabra, como corresponde a un buen orador de origen rioplatense.

Abundante público, tarde-noche amena y didáctica, con el feliz reencuentro de antiguos y nuevos amigos.