El teatro es una de las grandes profesiones artísticas que se suele llevar en la sangre, pues forma parte intrínseca del individuo más allá de lo material

 

Dice la sabiduría popular que la “gracia” viene de Andalucía, y puede ser, pues de Córdoba es esta poeta, escritora de sainetes y directora de teatro, que nos trajo su muestra a finales del mes de enero 2019, en la sala del S.G.A.E. de Valencia, donde se puso en escena tres <<sainetes propios>> de títulos: “La suerte”, “Cuernos con clase” y “Ya salimos del armario”.

Bajo estos tres epígrafes, uno fácilmente puede imaginar mucho, pues miren por dónde se quedan cortos… ya que la trama perfectamente maquinada, el picante, la chispa del dialogo, la excelente interpretación, dirección y puesta en escena, por parte del cuadro artístico de “Teatro de la Casa de Andalucía en Valencia”, supera lo imaginable.

La argucia e intencionalidad de sus coloquios en ese juego inteligente hacia el “equivoco” y la ejecución de los personajes perfectamente interpretados de memoria, arrancaban una constante carcajada del mucho público que llenó la sala, y que seguía con máxima atención el devenir y sustancia de las escenas.

Los presentes nos quedamos con el dulce sabor de <<codiciar más>> por cuanto animamos al grupo a que nos deleiten con nuevas funciones.

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Ser actor es toda una filosofía de vida que exige talento, sacrificio y gran habilidad para introducirse en la epidermis de mil y un personajes de ficción, que el comediante hará propio en escena, formulándolo creíble, convincente y del interés para el público asistente.

Estos grupos de teatro amateur, son a mi entender el <<núcleo>> y la familia del propio teatro, desde el sacrificio, horas de trabajo e ilusión mucha…, muchísima ilusión.