En su obra percibes la luz, el color, la historia del tiempo y hasta el perfume del entorno se hace cierto.
Hace algún tiempo que venimos siguiendo la trayectoria de éxitos de la artista plástica Mari Carmen Satué, y siempre nos sorprende por sus constantes creaciones y poesía en el lienzo.
Nació en Huesca, en el año 1953. Teniendo su residencia habitual-temporal en Valencia, de joven se formó con la visión amplia de los valles del Pirineo Aragonés, quizá esto le inspiró posteriormente en su fecunda creatividad pictórica, siendo muchos de sus cuadros realizados en la naturaleza y hurtados a la naturaleza magistralmente: bellos campos y grandes bosques, verdes extensiones, árboles cercanos, esta es una de sus constantes.
Consigue un realismo no exento de creatividad, en el que percibes la luz, el color y la historia, hasta el perfume del entorno se hace cierto.
En especial los olivos, de los que tiene piezas de mucho mérito, te <<tientan>> a pasar la mano para notar la rugosidad de su tronco centenario.
En su pintura intensa y elaborada existe ese <<todo>> que es la impronta de un ambiente que emociona. Su obra creativa comunica paz, silencio, y en definitiva poesía en el lienzo, pero su condición de mujer, veraz y tenaz, muestra fuerte carácter, quizá es la otra parte de su alma de artista.
No se pierdan la exposición, merece la pena, estará abierta hasta el próximo día 19 de mayo 2019.