Francisco Ponce Carrasco

Bravo por el toro.

En esta ocasión es el toro el que sale a hombros. Solo es imaginable empleando la más aguda sátira. Malicio que estarán de acuerdo conmigo en que el astado se lo merece.

Sus cuernos, cual afilados ‘estiletes’, separan con sumo cuidado y hasta cierta delicadeza la tela sin dañar la piel. La valerosa ‘torera’ se ve así desvestida, poco a poco, de su apasionada afición al tiempo que su belleza florece lozana para el público. Reconozco que me adentro un tanto en la nebulosa del ‘machismo’, perdonen las señoras.

Demos paso a la gracia, arte y excelentes dibujos del autor, que muestra un fino ‘chascarrillo’ a quienes libremente estimen oportuno detenerse en este espacio.

Samuel Taylor Colerindge decía: “No hay un espíritu bien conformado al que le falte el sentido del humor”.