Francisco Ponce Carrasco

Una sociedad abocada al absurdo – El Ventanuco

bien---mal

El tema del «mal» está ahora mucho más presente, en el comportamiento de muchos individuos

 

En especial la codicia hacia el dinero o el poder en cualquiera de sus facetas, pero eso no significa que el mal haya avanzado ni retrocedido en nuestra sociedad, simplemente que la figura del rebelde o maldito ejerce una extraña fascinación, pues con frecuencia aparece, para muchos ignorantes, como el erudito, liberador, poderoso… y ya no digo de los iluminados que se arrogan el calificativo de <<salva patrias>> y con falacias prometen locuras.

La pregunta sobre el bien es complicada pues responder que solo está en el temor al castigo, aquí o en el más allá, es demasiado simplista.

Hace tiempo, bastante, se pensaba que los valores provenientes de la familia, escuela, amigos, facilitaría un conjunto de hábitos que determinarían nuestra buena conducta.

Este pensamiento positivo era una de las bases que anticipaba un progreso indefinido, siempre y cuando los seres humanos fuéramos capaces de dejarnos conducir por la razón.

El impulso hacia la integridad y coherencia, es la base de actuar bien y proporciona autoestima.

A la inversa, el mal produce congoja, culpa y depresión.

Por supuesto si se <<almacena>> un mínimo de inteligencia y sentido común