Me voy corriendo a la cama, sin rechistar, conviene acostarse pronto y poner los zapatos con algo de paja para los camellos y un balde con agua en la terraza, que los animales de tanto caminar deben tener mucha sed
En mi dormitorio con el pijama puesto, un ligero temor me asalta y susurro para mis adentros:
– ¿Me traerán <<carbón>>? … pero malo no he sido, quizá un poco desobediente… no…no…carbón no me traerán, ya me lo ha dicho mi madre, ella me quiere mucho.
El sueño por fin me venció.
Tapado hasta la cabeza, distinguí que había amanecido, entraba claridad por la ventana, era una luz mágica, diferente a la de otros días, aquella que me producía la emoción contenida.
De normal me cuesta levantarme, pero hoy no, sin embargo era conveniente permanecer quieto, escuché unos
De repente entraron mis padres a la habitación, ambos con un dedo en los labios para que estuviera callado, mi madre me abriga con una toquilla, me toma de la mano y salimos…
-¡Papá mira Spiderman!… ¡Mama, es el camión!…
Doy saltos de contento, mi risa es persistente y contagiosa, a mí madre le resbala una lágrima por la mejilla.
– ¡Todo me lo han traído todo!… ¡como los reyes son ricos!… no les afecta eso que la gente llama ‘crisis’…
O sí…, porque creo que la corbata que le han traído a mi padre y el suéter de mi madre, son los mismos del año pasado.
Los tres reímos.