¡Quijotes permisivos que somos! O quizá tontainas de remate

No es que esté en contra de esta “fiesta”, que estarlo, a lo mejor lo estoy, sino que en la presente oportunidad y año especialmente, con tanta incertidumbre con el covid-19 (fallecimientos, enfermos, paro laboral, quiebra de la economía, confinamientos…) y otras calamidades, me parece una sinrazón encontrarme en la calle con algún niño o mayor, vestido de esqueleto o caracterizado con un hacha clavada en la cabeza o rostro lleno de cicatrices y ensangrentado.

Como digo, con lo que estamos viviendo, me pone algo bastante desquiciado, tan es así que podrán ver por mi ilustración, que saliéndome del estilo clásico que suelo practicar, entro en la paranoia de lo quimérico para evadirme este 2020 de la dicotomía entre

<<Don Juan>> o <<Halloween >>

que ya hace algunos años-tiempo, nos vienen imponiendo las modas importadas.

Piénselo y opine, si lo desea…