No diré – el cielo me proteja – que existen tantas celebraciones por el “días del árbol” como número de ellos pueblan la tierra, ¡Faltaría más!…
Pero sí diré que muchas son las celebraciones sobre el mismo en diferentes épocas del año, países, hemisferios y otras consideraciones, quizá, por la mucha importancia que tienen para nuestro ecosistema y la vida en la tierra incluida la de los <<Homo sapiens>> es decir la mayoría de nosotros, descartando a los que se quedaron en << modo mono>> (primate) para siempre, pero que también les importa.
El Día Mundial del Árbol fue instaurado por el Congreso Forestal Mundial celebrado en Roma en 1969 y es ocasión propicia para recordar su importancia cada 28 de junio.
Los árboles resultan absolutamente esenciales para la vida de nuestro planeta
Ellos purifican el ambiente al oxigenar el aire, nos proporcionan sombra, mejoran zonas erosionadas, reducen el ruido, humedecen el ambiente, creando un hábitat mejor con su frescura… Sin olvidar sus múltiples recursos como la producción de alimento y madera para diversos usos, generar energía, entre otros aprovechamientos.
Suecia fue el primer país del mundo, en 1840, en instituir un día del año como “Día del árbol”, tras tomar conciencia de la importancia que tienen los recursos forestales, del cuidado que se debía brindar a los árboles, y la necesidad de introducir a los niños desde temprana edad, en el conocimiento y la práctica de una tarea a largo plazo.
Décadas más tarde, muchos suecos emigraron a Estados Unidos y llevaron consigo esta valiosa herencia cultural, cuyo ejemplo sirvió para que Norteamérica, en 1872, también instituyera estas efemérides.