Valencia, es una de las capitales españolas con más antigua tradición en la celebración de la Fiesta del Corpus Christi. Desde el siglo XIV hasta finales del siglo XIX, fue considerada la ‘Festa Grossa’
El obispo de Valencia (1348 – 1356), Hugo Fenollet, el 4 de junio de 1355 promueve, de acuerdo con el cabildo catedralicio, los jurados de la ciudad, el justicia y prohombres de Valencia, la creación de una procesión que recorriese las calles, en la que el “Santísimo Sacramento” fuera acompañado por autoridades y clérigos.
Damos unas pinceladas a la historia, para mejor situar la antiquísima tradición en su contexto, sí bien le sigue un largo acontecer. En el devenir reciente y más en concreto sobre el año 1950, se crea la “Asociación Amigos del Corpus de la Ciudad de Valencia”, donde un grupo de valencianos trabaja por la recuperación del esplendor inicial de la Procesión del Corpus.
Se mantiene, con rigor y celo, un sugerente retablo callejero de tradiciones populares, conservadas con la veneración de quienes trabajan por continuar los ritos tal y como fueron en sus orígenes.
La celebración está animada por grupos de danzas que interpretan bailes tradicionales y alegóricos, siendo los más conocidos el de «La moma y els momos» (triunfo de la virtud sobre los siete pecados capitales), «La magrana», «Caballers» y «Turcs».
Otro de los pasajes más populares de esta cabalgata es «la degollá», que recuerda la muerte de niños ordenada por Herodes. Los protagonistas, vestidos con arpillera y cara tiznada, llevan como armas unos «carxots» (un rollo de papel pergamino) con los que golpean inocentemente a los espectadores.
Se calcula que procesionan unos 300 personajes bíblicos, entre ellos algunos del Antiguo Testamento como Noé, conocido popularmente como «El agüelo Colomet», Josué «El que para el sol», Jacob y las doce tribus de Israel «Els Blanchs», Moisés y Aaron con las tablas de la ley, el Arca de la Alianza, los exploradores de la tierra prometida, Sansón (con un león al brazo), la reina de Saba y los profetas.
Otro elemento fundamental son «Las Rocas», (autenticas obras de arte de la imaginería), consistentes en unas carrozas en forma de barcazas de madera, que transportan grupos escultóricos evocando relatos bíblicos, autos sacramentales o vidas de santos.
La más antigua, data de 1512, es la roca de Plutón o «Diablera», por la presencia de numerosos demonios que representan a las religiones no católicas.
Las restantes reciben el nombre de «San Miguel», «La Fe» o «Paraíso terrenal», «San Vicente Ferrer», «La Purísima», «La Santísima Trinidad», «Valencia» (dedicada a San Vicente Mártir), «La Fama», «El Patriarca» (dedicada a San Juan de Ribera), «La Mare de Deu dels Desamparats» y «Santo Cáliz».
Tradición, fiesta, sentido religioso y amor a lo nuestro, es la mezcla de sentimientos e ilusiones, que en este día aflora en el corazón de los valencianos.
Fotografías: José Luis Vila