Santa Eulalia del Campo guarda monumento a su hijo más querido, Isidoro de Antillón y Marzo
Con pedestal de piedra y en su base, una pequeña fuente, el busto se levanta sobre una columna de tres metros de altura con realces en dos de sus cuatro caras.
Los relieves más interesantes los encontramos a ambos lados del monumento con representaciones de figuras de mujer llevando una de ellas un libro de historia y la otra un globo terráqueo.
En el frontal y trasera del pedestal encontramos grabado en la piedra las siguientes inscripciones: (Santa Eulalia a su preclaro hijo 1778-1814) – «A Isidoro Antillón: geógrafo, jurisconsulto, historiador» acompañado del escudo de la villa.
El monumento simple, pero directo en su mensaje, fue esculpido por Antonio Gisbert, y datado en el año de la realización de la obra 1923.
Isidoro de Antillón (Santa Eulalia del Campo, 1778-1814) fue jurista, político y geógrafo. Su precocidad se confirmó con una trayectoria intelectual y política extraordinaria, que incluyó desde tratados de Geografía, el primer escrito a los 16 años, hasta lecciones como profesor en el insigne Seminario de Nobles de Madrid.
Allí le sorprendió la invasión napoleónica, a la que se opuso en Zaragoza y en Teruel, como miembro de la junta de Gobierno.
Escéptico sobre la historicidad de los Amantes, magistrado en Mallorca -donde fundó el periódico «La Aurora» -, protegido de Godoy, diputado en las Cortes gaditanas de 1812 y abolicionista convencido, sufrió cárcel con el absolutismo.
Condenado a muerte por Fernando VII, la pena no llegó a ejecutarse porque murió a consecuencia de las heridas sufridas en un atentado.