Hoy 17 de junio del 2010, como cada año, desde 1994, se requiere a todos los países del planeta que dediquen esta fecha a recordar que es el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía.
Desde siempre, la conservación de los recursos hídricos ha representado para el hombre una prioridad vital, por lo que sensibilizar a la opinión pública respecto a la necesidad de cooperar en un plano internacional, aplicando los dictados de la Convención de Lucha contra la Desertificación, en su resolución A/RES/49/115 de 1995, es de vital importancia.
(Dibujo acuarela)
La desertificación afecta a más de 110 países y cada año se pierden más de 6 millones de hectáreas de tierra productiva. Según Ecologistas en Acción en España el 40% del suelo está amenazado por los procesos de desertificación.
Entre los principales factores desencadenantes de esta situación está la erosión o pérdida de suelo fértil y en ello influyen la explotación insostenible de los recursos hídricos, la pérdida de la cubierta vegetal a causa de repetidos incendios forestales, la concentración de la actividad económica en las zonas costeras como resultado del crecimiento urbano, las actividades industriales y el turismo de masas mal gestionado.
El agua es un bien cada día más escaso – no lo olvidemos – es patrimonio de todos, y la razón aconseja que se aproveche y distribuya de forma equitativa, desde la pequeñez del propio individuo, con la utilización racional del agua, hasta la contribución de los gobernantes capaces de asumir un ejercicio distributivo desde la zonas de abundancia hacia las tierras más deficitarias, sin egoismos.
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