Francisco Ponce Carrasco

Culto al músculo y otros venenos

¡Cuidado no es ‘músculo’ todo lo que reluce!

Hace unos días, coincidí con un buen amigo en el `bus’. Iba semivacío y me acomodé junto a él, entre los dos quedó su abultada bolsa de deporte que descansaba sobre el asiento. Tras evocar viejos tiempos, le pregunté donde iba, me contestó que al gimnasio, la pregunta siguiente era sencilla, ¿que llevas en esa bolsa tan aparatosa?

Con cierto énfasis me dijo: ¡Hombre!, pues los complementos alimenticios para antes, durante y después del ejercicio físico.

¡Ah!… y ¿Qué es eso?

No me llamó ignorante pero advertí que me miraba desde una altura superior. Hemos de cuidarnos para estar en forma y son precisos los preparados a base de ‘creatina’, los ‘anabolizantes esteroideos’ el ‘picolinato de cromo’, el ‘ginseng’, las ‘proteínas’…

Llegamos a su parada, tomó la bolsa, me estrechó la mano y se despidió dando un saltito desde el autobús. Me quedé pensando si yo estaría dispuesto a hacer de conejillo de indias en un experimento con sustancias cuyas teóricas ventajas están, a mi entender, poco fundamentadas.

Vivimos inmersos en una cultura en la que príma el aspecto físico sobre otros valores. Muchos de estos llamados ‘alimentos dietéticos deportivos’ que anuncian resultados espectaculares, deben ser tomados con la natural cordura, dado que con frecuencia se silencian sus riesgos potenciales. Los adolescentes son muy vulnerables a una publicidad que promete cuerpos de diseño, músculos y rendimientos de récord. ¡Cuidado no es ‘músculo’ todo lo que reluce!