El busto del insigne Isidoro de Antillón y Marzo, que en la misma está instalado, ha sido restaurado, especialmente en la parte de su nariz, que a través del tiempo había sufrido deterioro, también todo el busto y pedestal está bruñido para mejorar
Santa Eulalia del Campo, rinde justo homenaje a este prócer nacido en la localidad en 1778, y que fue unos de los más fervientes defensores de la abolición de la esclavitud, además es autor de una extensa obra geográfica, astronómica, matemática, jurídica, política, social y también literaria. Eso sin contar los pequeños opúsculos que se editaban de tanto en tanto y cuya búsqueda viene obsesionando a historiadores, entre los que se encuentra José María de Jaime Lorén.
Volviendo al comentario sobre la plaza en su conjunto, diré que la instalación de una pérgola y la construcción del muro con piedra-vista, que en un lateral delimita la plaza, así como su zona ajardinada, ha quedado digna y en su conjunto presenta un aspecto espacioso, adecuado y grato.
Quizá la fuente de líneas y concepto modernista le resta algo del glamour conseguido y aporta poco al entorno, en especial en estas zonas de vientos fuertes y fríos, sobre todo, insisto, por su diseño un tanto minimalista.
Disfrutemos de esta renovada plaza y que sirva de recreo y solaz, para residentes y visitantes.