“Una ardilla, una bellota”
Nuestra ‘ardillita’, es nuestra, por cuanto el talante desprendido de Marichu hace que nos la regale, solo quería conseguir una sonrisa del señor ‘topo’, ver feliz a los demás, le hacía feliz a ella también, pero no siempre se consigue. Existen personas – esta es la moraleja – que gozan con su mal humor y agrio carácter, quizá se piensan que con ello son más importantes.
Una vez más la escritora mexicana, con su léxico patrio y sencillo nos muestra un cuento infantil-juvenil-abuelin (vale para todas las edades), en el que leerlo te lleva inexorablemente a reflexionar sobre el mensaje.
Pulsando sobre la imagen superior, de la margarita, podrá acceder al (pdf) que se abrirá, mostrando el relato integro.