El escritor Francisco Ponce,
en su cabecera «El Abrelatas» para el periódico 20minutos,
publica el presente artículo, jueves 20-12-10
Hoy se celebra en Valencia la tradicional San Silvestre, en su XXVII edición, una carrera popular y lúdica que llenará las calles más céntricas, de colorido, fiesta y deporte.
Para los más es una explosión de júbilo, para algunos una prueba contra el crono y para todos, una forma alegre de despedir el año practicando deporte.
Recuerdo haber participado durante muchos años y tener la sensación de que la ciudad era tuya, el tráfico se paraba a tu paso, todos éramos amigos, hasta los que te adelantaban que eran muchos. Lo bonito era la camaradería que imperaba entre gente que no se conocía, sabiendo que el espíritu de Filípides estaba presente.
Acogías con agrado las frases de ánimo del público y cuando atisbabas la meta, en esos trescientos metros finales, te exigías el supremo esfuerzo en aras de tu personal triunfo, que celebrabas levantando ambos brazos entre aplausos, como héroe anónimo.
Ahora he pasado a ser de los que aplauden, que también es importante.