Personalmente me declaro en contra de cualquier expresión de “Grafiti” por considerar que ensucian la ciudad y algunos individuos, no respetan ni los edificios más históricos y emblemáticos con sus mamarrachadas.
Las fotos en collage que se publican en este reportaje, darán una idea más próxima de lo que queremos decir, ya saben, una imagen vale más que mil palabras… y que algunas de estas boñigas de inadaptados, que tiznan y luego dicen que hacen arte.
Sin embargo para no quedar como ‘carca recalcitrante’ tendremos que hacer un pequeño distingo entre lo puramente vandálico, poco grato y oportunista de algunos desalmados que pululan con sus botes de spray en la mano, ensuciando paredes y los que aportan un cierto colorido y según se mire algo de maestría, vamos que se lo ‘curran’.
Dependerá igualmente del soporte o superficie elegido para el «Grafiti», puesto que existe un grupo de estos especímenes que ataca todo lo que vislumbra y encuentra por delante portales, mobiliario urbano, estatuas, lugares institucionales, donde marca su territorio cual lobo vagabundo, mientras otros al menos, buscan paredes o vallas de solares en donde hacer ‘decoración’, más o menos grata a la vista del caminante.