Francisco Ponce Carrasco

Arturo Fernández y Francisco Ponce

Todavía sigo admirado del trato recibido por esta gran persona. Por ello más que hablar de su gran trayectoria y de la impronta que en varias generaciones viene dejando, lo haré de su ‘perfil humano’.

Arturo Fernández es como lo conocemos, elegante y señor, cortes y atento, para nada engolado, con un saber estar que causa un efecto de cercanía poco frecuente.

Pienso que posee el elixir de la eterna juventud, pero sobre todo la caballerosidad de un ser especial con el que hemos vibrado, reído y crecido, algunos de sus muchos admiradores.

Arturo, compartir un rato de tertulia en tu compañía, estrecharte la mano para dejar constancia de tu gentileza y amistad, ha sido para mí todo un inmenso placer. Dispón para lo que gustes de un amigo.