Francisco Ponce Carrasco

Santa Eulalia del Campo – Tarde de rejones

Con cielo indeciso entre ofrecer sol o lluvia se inicia la tarde. Media hora antes del festejo ya esta llegando el mucho público.

Las peñas que son varias todas ellas de gran arraigo y tradición, suelen ser las primeras en acudir portando sus ‘neveras’ repletas de cervezas y la eterna compañera en estos eventos la ‘bota de vino’ que no se puede olvidar, tampoco faltaran los buenos trozos de chorizo y jamón, que en estas latitudes se elaboran de exquisita calidad y sabor.

Hacemos mención especial a la peña de nombre ‘Atípica’ por cuanto nos parece ingenioso el sistema de suministro de vino y cerveza que han instalado. Se trata de dos barriles conteniendo cada uno de ellos uno de los líquidos complemento de la fiesta. Estos se encuentran instalados en un remolque en la calle. Mediante una bomba suben el liquido  hasta la grada superior y por dos grifos surten a los peñistas y amigos, es un servicio a la carta. El ingenio esta acreditado el ‘duro’ trabajo del expendedor también.

La música de ‘pachanga’ se torna solemne en pasodoble cuando el señor presidente ordena el comienzo del festejo. Por la puerta de cuadrillas, aparecen los rejoneadores: Rafael Serrano y Javier Cano a caballo, seguidos de sus auxiliares de a pie, saludan al palco presidencial y al respetable. Todo esta preparado.

Suenan clarines y timbales. La puerta de toriles deja paso al primero de los cuatro morlacos de la tarde, pertenecientes a la ganadería de Don benito Mora.

Los rejoneadores regalan todo su arte, en ocasiones con fortuna otras no tanto. Así trascurre el espectáculo.

Piruetas, banderillas largas y cortas, el clavel y rejones son toda una serie de suertes que se ejecutan.

Los caballos muestran su adiestramiento y sus pasos garbosos, su andar cadencioso con las patas delanteras muy alzadas, arranca los aplausos del respetable.

Esta finalizando el tiempo de tauromaquia y el rejoneador da una vuelta al ruedo con sus subalternos, un ligero ‘chaparrón’ pone la nota discordante los paraguas se abren, solo queda un ultimo acto.

Este año la Comisión de Fiestas en un alarde de perspicacia e intento de recaudación sortea junto a una ‘vaquilla’ (antes sorteaban dos) un ‘pony’ que es exhibido para que los ‘peques’ exclamen.

¡Papa compra números! ¡Mira que ‘pony’ tan bonito! Cierto, bella estampa la de este animal.