Te lo debía Gloria
El salón de actos del SGAE de Valencia, acogió el pasado 13 de diciembre del 2011, un magnífico recital poético bajo el título de “El sentimiento de la Realidad” organizado por Concilyarte.
Desde el “Salto Místico” que tuvo lugar en el mes de abril en este mismo lugar hasta “El Sentimiento de la Realidad” que se convocó en la fecha anunciada, han sucedido diversos acontecimientos a nivel general, los momentos que estamos viviendo dejan huella, queramos o no, en todos las personas de bien.
Sin embargo según el filósofo valenciano Agustín Andreu no existen esos dos mundos : uno ideal y otro real, o el divino y el humano, sino uno solo que es el fondo de la vida ya que el proceso vital es el mismo en todas las escalas del universo, desde ese Dios inalcanzable hasta la hierba más pequeña.
La escritora y pensadora María Zambrano hablaba de la necesidad de apuntalar el pensamiento, cuya presencia en el fondo originario del universo no es nada fácil, necesita ayuda para que no se tambalee.
Con este resumido discurso comenzaba la poeta y escritora Gloria de Frutos su intervención de apertura del evento, al que siguió una serie de reflexiones y citas para conjugar algo tan interior y noble como los sentimientos con la realidad y esta misma como puede ser percibida por cada individuo.
Un texto inspirado en la mística oriental, aludiendo a la conciencia de esa realidad profunda, dice: «Cuando buscas conocerlo, no puedes verlo. No puedes cogerlo pero tampoco puedes perderlo. Al no ser capaz de obtenerlo, lo obtienes. Cuando estás silencioso, Él habla; cuando tú hablas, Él guarda silencio. La gran puerta está completamente abierta para las almas sensibles y ninguna multitud impide el paso».
Antonio M. Herrera: Entre lo real y lo simbólico evoca el pasado para conocer mejor el presente, nos dice en su poesía que la ficción se construye de realidades y que más fuerte que el dogma es el método.
Elena Escribano: Vive para la poesía y a través de ella inicia una alegoría que la conduce de lo humano a lo místico. En la higuera estéril la naturaleza desafía a los dioses ya que el paso del tiempo tiene un papel decisivo en los designios
Mª José Pastor: Nos habla del tacto de las cosas y la barrera que separa al ser de la contemplación que no es otra cosa que el propio ego.
Mila Villanueva: Busca la unidad con el todo meditando en la cocina, como decía Teresa de Jesús Dios está entre los pucheros, y de la comunión de lo cotidiano nos conduce con sus palabras hasta el evangelio donde el verbo vence la muerte y la presencia divina redime no solo del pecado sino de la soledad.
Pilar Verdú: Parte de la mitad del todo como parte de un sueño lleno de contradicciones, para amar sobran las palabras y solo la inocencia alimenta la esperanza.
Rafael Correcher: Nos invita a la conversión del agua para diluir toda culpa en el orden del universo aunque la imperfección también puede ser metáfora de otra cosa.
Sara Juarez: Lee dos poemas de José Watanabe cuya mirada reflexiva de un ojo meditativo por el que construye su identidad y la del entorno. Mirar y ser mirado por algo o alguien.
Vicente Gallego: Mi Dios es solamente perspectiva, el ángulo correcto cumplido del mirar desde el que todo, abreviado del juicio, se muestra y se libera en su puro fulgor de desnudez: la acción sin su atadura; la obra sin autor, la roja sangre leve.
Una tarde tan intensa con temas que llegaron a lo más profundo de los asistentes, quizá precisaba de un tiempo de relajación y así fue al actuar, de forma magistral, en un recital de armonía los «Cuencos Tibetanos» a cargo de Pepe Lanau y Miguel Moya que resultó espectacular y al decir de algunos “casi acabamos levitando”.
Felicitamos a los actuantes y a la organización, esperando se repitan tardes tan generosas para el espíritu, como esta.
Fotografías de: José Luís Vila Castañer