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Diferentes estudios sostienen que más del 95 % de estos incendios son provocados, en algunos casos por negligencia, pero la mayoría de las veces con una clara intención destructiva. Se saben las causas, pero el número de condenados por este delito, es muy bajo.
¿Qué intereses ocultos y qué malvada perversidad se esconde tras estas acciones? ¿Hasta dónde alcanza la locura enfermiza de algunas personas?
Se especula con razones económicas que motivan a que algunos indeseables cometan estos actos por decisión propia o inducidos por otros, y así revalorizar sus tierras o cometer fraude a compañías aseguradoras.
Si nos paramos a pensar, por mucho que se repueblen estas superficies pasarán décadas hasta su completa regeneración.