Estos nuevos núcleos familiares por necesidad, que en muchos casos están paliando el desespero de bastantes personas desprotegidas, quizá estén deteniendo las inclinaciones de la voraz Administración por tocar de forma directa y a saco las pensiones, pues ellos son conocedores de esta realidad, que sirve de paraguas a los muchos parados.
Aun así, las están fustigando con impuestos, cargos por fármacos y otros desatinos, por lo que apenas alcanzan para las necesidades básicas de estas familias.
La austeridad no es una recomendación, es una imposición. Todo lo demás, cantos de sirena desafinada.