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Para captarte se pasan de impertinentes usando argumentos anacrónicos. Uno recapacita si podrán mantener lo que prometen. Eso sí, para poder acceder a esas gangas te obligan a mantener un tiempo de permanencia, o por el contrario te penalizan cobrándote un disparate.
Su perorata es monocordes, el estribillo aprendido sin darte mucha opción a interrumpir. Si cuelgas quedas como un maleducado, y si los escuchas hasta el final, como un tontaina.
No es suficiente que les digas que no te interesa, ellos siguen intentándolo. Estas promociones deberían regularse para que la presión no fuera tan asfixiante o en todo caso tener la facultad de denunciarles por acoso.