Luego procedimos a la lectura de las aportaciones personales, que cada vez tienen más relevancia, hacen las delicias para muchos y alimentan el alma a los más.
La noche estuvo repleta de participaciones con relatos, poemas y recitados, algunos de los presentes que intervenían por primera vez, confesaron al finalizar que se habían sentido muy felices de poder participar.
Un detalle emotivo nos alegró a todos, puesto que A-Rimando, todos somos, cuando una tertuliana nos dijo: “El haberos encontrado y participar en los lunes de A-Rimando, me representó en su momento un gran hallazgo y bálsamo para mi estado de ánimo, quiero manifestar públicamente mi agradecimiento y deciros que me hacéis muy feliz”, en sus palabras había sinceridad y afecto.
Bien, lo que ella quizá no conozca es que este es el sentir generalizado, y sobre todo que nosotros también nos sentimos inmensamente felices con su grata compañía.
La sesión se prorrogó un poco más de lo acostumbrado, mientras se preparaban las mesas y la cena por parte de Biblio-Café.
Al aviso de ‘las mesas están preparadas’, la pecera se vació en busca de un buen sitio, donde degustar las viandas navideñas, compartir charla y diversión en el fin de fiesta.
Gracias a todos los tertulianos, que este lunes, como cada lunes, nos regalan su asistencia y su obra, que nos trasporta por el mundo de la fantasía y el conocimiento.