Francisco Ponce Carrasco

Café de las Horas- Valencia ciudad

¿Cuantas veces deseas encontrar un sitio acogedor y no te viene a la memoria?… ¡Resuelto! El “Café de las Horas”, es un lugar excelente del que marchas poseso de energía creativa.

En la angosta calle de la Valencia antigua, Conde de Almodóvar nº 1, (junto a la plaza de la Virgen), encontraras un entorno tranquilo, donde conversar sin ruido, es un café-bar bohemio y donde cada rincón se encuentra repleto de fascinación.

Salón Café de las Horas

Puedes elegir distintos espacios dentro de un contexto barroco lleno de arte –pinturas, esculturas, candelabros y ‘angelitos’ que te retrotrae a un encuadre de primeros del siglo pasado. Evoca tardes-noches de tertulia literaria y ambiente despreocupado.

Unos fanales tenues y la música clásica susurrando al oído contribuyen a crear un lugar ideal para ‘horas’ de solaz. Sí lo quieres intimo, encuéntralo aquí.

Zona de ambiente intimo

Si con luz pero igualmente placentero, subes la intensidad de las luminarias siempre a tu gusto y necesidad del momento.

Con toda luz

Una vertiente muy atractiva, que practica este establecimiento, es la de cubrir ciertos días de la semana con actividades de tipo cultural y por donde han pasado personalidades de las artes en general y de las letras en particular.

Otro aspecto decoración

Los tres primeros jueves del mes de mayo del 2009, se dedicaron a otras tantas charlas de interesante contenido con los enunciados:

Cumplir los 50. La madurez como desafío.

Sin pareja: ni solo ni solitario.

La depresión como oportunidad.

Que impartió, Irene Estrada licenciada en psicología, máster en psicología clínica, D.T.U.S. y escritora. En su experiencia profesional destacan la dirección de centros especializados para mayores y de programas para mujeres, así como el ejercicio de la psicología clínica.

Irene Estrada licenciada en psicología

Mi comparecencia además de admirar el buen hacer de Irene – quien amablemente me invitó – fue la de contribuir a la difusión de mí ultimo libro “Huevos Fritos”, que resultó interesante. Tuve la oportunidad de conocer a uno de los socios del local, Mark (el otro es Manolo), quien se brindó cordialmente a ceder el café-bar cuando fuese preciso para actividades literarias o poéticas.

Mac (Propietario), Irene (Psicóloga), Francisco (Escritor)

Este ejemplo de movimientos culturales, en un entorno tan apetecible y singular, motiva a los amantes de las artes en general a tener en el «Café de las Horas!» un lugar donde pasar las ‘ídem’ muy plácidamente.