El pasado diez de marzo 2007 se edito el número 100 de este periódico, que es como alcanzar una mayoría de edad. Cien días que sus dirigentes, empleados y colaboradores trabajaron sus contenidos, con ilusionado esfuerzo y profesionalidad. Celebremos la buena acogida en sociedad que este rotativo esta recibiendo del público en general. La fidelidad es un don del que la ejerce, gracias pues, a los que acuden todos los días a la cita de su lectura.
Para esta ocasión, un buen ejercicio es comentar lo que la escritora y pensadora María Zambrano dice en un ensayo sobre la utilidad y la función de la palabra, tanto verbal como escrita.
Afirma con rotundidad que la palabra es victoria y es también derrota, ya que puede servir al ser humano para vencer o ser vencido, puesto que al nacer de lo más profundo de nuestro ser, con ella podemos hace grandes cosas; dar consuelo, felicidad, comprensión… pero también podemos herir, vejar, destrozar…
Cada uno tiene el derecho a manifestar lo que piensa utilizando el lenguaje que mejor le acomode, pero entiendo que es bueno tener en cuenta que las palabras deben meditarse, y mucho, porque una vez dichas o escritas, y por tanto sacadas de la nada –donde habitan-, ya no existe manera alguna de rescatarlas para el olvido.
Afortunadamente todavía tiene su encanto leer un diario frente a una humeante taza de café o solazarse con su contenido tomando el sol de intensa luz sorollesca en paseos y playas de nuestra comunidad, la información puntual veraz, amena y clara, hacen de este periódico un agradable medio informativo.
La palabra debe darnos la oportunidad del raciocinio y la concordia, haciendo bueno el refranero español cuando sustenta que: “hablando se entiende la gente”.