La ‘cremà’ de los cerca de 800 monumentos grandes e infantiles de Valencia que amanecieron entre el 14-15 de marzo del 2013, ha empezado a las 22.00 horas aproximadamente con las fallas infantiles. Media hora después, el monumento infantil ganador del primer premio de la Sección Especial.
Ya cercano ese momento mágico de la media noche, se quemará la falla infantil de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia (fuera de concurso) y que al igual que la grande representa a la ciudad.
Cuando las manecillas de los relojes señalan las doce de la noche del 19 de marzo, Valencia se enciende, primero de fuegos de artificio que iluminan el cielo con mil colores y formas, más tarde de llamas que lamen la oscuridad, por sus plazas y calles corre un gentío para ver como el fuego consume los monumentos y en ese despliegue de emociones y fogata en el que el epicentro son los falleros de cada comisión prestas las sensaciones a flor de piel, le llegará el turno a la Falla de la Plaza del Ayuntamiento, al filo de las 00:01 horas de la madrugada, puesto que tradicionalmente es la última a la que se prende fuego.
La noche avanza, la gente se retira y otros hombres y mujeres se encargarán, con los vehículos de la limpieza, de recoger las cenizas y algún rescoldo que se resiste, para que al día siguiente la normalidad se adueñe de nuevo de la ciudad que… espera…, espera palpitante un nuevo año de Fallas.