La Semana Santa no es sólo esa fecha de huevos de chocolate, comer ‘la mona’ y días libres, es un tiempo de reflexión para los cristianos donde conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret.
En España la tradición más querida por los devotos son las tradicionales procesiones. Cofradías que durante todo el año preparan y esperan el momento de salir a la calle junto a penitentes o nazarenos.
Algunas de las procesiones españolas están declaradas de Interés Turístico Internacional, y son un gran atractivo para el turismo. Hay muchas ciudades que durante estos días celebran procesiones de gran devoción y belleza en hábitos, capirotes, tambores, cornetas…muchos elementos que se unen para dotar al ambiente de una especial sensación y que sólo puede describirla el que la vive y la siente.
Pero también tenemos el lado más lúdico donde las tradiciones se pierden. Existen lugares y personas, que convierten la Semana Santa en días de asueto y vacaciones para salir al campo o playas, está bien, cada cual puede hacer y pensar como quiera, pero estos días son de recogimiento y sobre todo de reflexión, y si nos centramos en esto último podremos observar que el ser humano está haciendo de este su mundo, un espanto.
No importa ser creyentes o no, lo substancial es ser más solidarios con nuestro prójimo y enmendar errores y actuaciones, que no beneficien a nuestros semejantes ni a nuestras conciencias.