Hoy 23 de abril se respira una fragancia a literatura, a letra de molde, a libros, y se calculan grandes cifras en la venta de estos a nivel nacional, lo que no está nada mal para un sector, que si bien tiene en la actualidad más autores y lectores, ha bajado sus ventas con relación a años anteriores.
El Origen del día del libro se remonta a 1930. El 23 de abril de 1616 fallecían Cervantes y Shakespeare. También en un 23 de abril nacieron – o murieron – otros escritores eminentes como Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo. Por este motivo, esta fecha tan simbólica para la literatura universal, fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores.
La idea original de esta celebración fue gestada por el escritor valenciano Vicente Clavel Andrés, quien lo propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona. Poco después, en 1930, se instaura definitivamente la fecha del 23 de abril como “Día mundial del libro”.
En la actualidad son muchas las ferias del libro que se celebran en capitales o pueblos y en todas ellas se encuentra un marcado carácter festivo, con lectura, animación y atracciones para mayores y niños encaminadas a promover la afición por la lectura, en especial a los más jóvenes.
La oferta es mucha y todas las ediciones bajo el registro del ISBN tienen su atractivo, desde las obras consagradas a las más noveles, sin olvidar a los clásicos.