Dicen que hace mucho, pero que mucho tiempo, unas bellas garzas volaron sobre Benidorm y se posaron sobre la arena de la playa, un brujo – bastante feo por cierto – que las vio, se enamoró de ellas, cuando intentaba acercase las garzas salían volando, le huían y se refugiaban en «Acután», la isla de Benidorm, que duerme a la entrada de la bahía.
El hechicero vengativo lanzó un conjuro sobre la blanca arena del litoral y cuando estas de nuevo se posaron se convirtieron en mujeres. Luego, especialmente en verano, muchas más garzas fueron viniendo y al tomar contacto con la arena se trasformaron en bellas damas.
Cuentan que el espíritu del ‘taimado’ personaje viaja en moto, almuerza en los restaurantes de la playa y baila en las discotecas, busca sin descanso el
Cada verano sueñan con volver y Benidorm las aguarda, las mima y las acoge. A esta
Benidorm, un cuento de «Las mil y una noches», que puedes vivir en la seguridad de no aburrirte, un prodigioso cuento, es Benidorm.