La Batalla de Flores de Valencia es uno de los festejos más antiguos de la ‘Feria de Julio’ que ha perdurado en el tiempo como el evento festivo del pueblo, previo a la emigración vacacional de la ciudadanía, ante el arrogante calor de agosto que se adueña de la capital.
2009 es un año propicio al recuerdo por la importancia que tuvo en el devenir histórico de Valencia la Exposición Regional de 1909 y que cumple 100 años de su celebración. Son múltiples los escenarios en donde se ha celebrado y recreado esta efeméride y no podía faltar en la “Batalla de Flores”, acto de gran arraigo para el pueblo valenciano.
Comienza el desfile con una representación de la Guardia Municipal, ataviada para esta ocasión con los uniformes del año 1909, colorista y marcial.
Le siguen los huertanos y huertanas sobre montura jaezada con lujo. Son un conjunto de personas cabalgaduras y vestimenta que producen la impresión de estar dentro de una pintura al óleo mostrando la huerta valenciana de primeros del pasado siglo.
La carroza que representaba al Pabellón del Ayuntamiento realmente era impactante por su colorido floral y forma evocadora de una época, que en mi caso, suena a juventud divertida. Esta carroza consiguió el primer premio de su categoría.
El máximo galardón fue el pórtico de entrada de la Exposición Regional de 1909, en donde de nuevo la belleza y el espectáculo dejaba a su paso encendidos aplausos de la multitud de gente que en la ‘Albereda’ se encontraba.
El trueno de una ‘carcasa’ sobre el cielo del paseo, anuncia el inicio de la batalla. ¡Comienza lo bueno! y todo se trasforma en risa, sano regocijo y flor…algún impacto floral nos sorprende pero eso es el juego.
El público debidamente pertrechado con munición responde en fuego cruzado con los tripulantes de carrozas y carruajes ya no se tienen contemplaciones y el ‘toma y daca’ se hace cierto, la fiesta rompe en multicolor estampido, cerca de 1.000.000 de flores se entrecruzan entre los palcos y las más de 40 carrozas que desfilan.
El frenesí no decae, el suelo se tapiza de flor gualda y roja, otra carcasa suena poniendo fin al espectáculo cesan las hostilidades, aparece la calma y con ello cabellos revueltos, ropa ajada y rostros felices…en próximo reportaje les contaremos el ‘Después’.