En la Valencia cristiana y durante el reinado de Pedro el Ceremonioso, en 1356, fue ordenada la construcción de una nueva muralla para acceder a la fértil y espaciosa huerta valenciana. Esto se consiguió a través de doce puertas diferenciadas como ‘Portals Grans’ y ‘Portals Chics’.
Este hecho no supuso la destrucción del antiguo anillo árabe, que paso a ser un segundo perímetro defensivo para la ciudad. Con el fin de facilitar la comunicación entre ambos se abrieron portales en la muralla árabe y uno de ellos se conoció como Portal de la Valldigna.
Ubicado en las entrañas del Barrio del Carmen, es un rincón donde la huella antigua se mezcla con el sabor bohemio y lúdico actual. Sobre su arco, un retablo de inspiración Gótica que representa a Jaime I ofreciendo al Abad de Santes Creus, los terrenos para construir el monasterio de Valldigna. Es emocionante detenerse, mirar y recrearse en el ‘Portal’ e imaginar un pasado muy lejano pero de gran vitalidad, como lo demuestran las distintas huellas que allí permanecen vivas.