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El señor Mas, navega contra corriente y hace que algunos seguidores envueltos en el discurso del sentimiento y no en el de la razón le sigan hacia un terreno espinoso, y esto no sería lo malo, pues con su pan se lo coman, si no que arrastra a una mayor complejidad la actual crisis generalizada en España y en la propia Europa.
Oportunista circunstancia la que este presidente de Cataluña elije para una exigencia trasnochada en los tiempos actuales.
Los intereses de España y las Autonomías, así como la convivencia de los propios catalanes, están demasiado entrecruzados como para que se intente desgajar su unidad. Apelo a que la sensatez se imponga, y no la ‘pela’.