En la actualidad la escolarización comienza a una edad muy temprana, en las propias escuelas infantiles, por necesidades de las familias, ante esta realidad hemos de invertir con nuestros hijos buscando una formación adecuada, realizada con esmero, afecto y valores, dentro de un entorno amplio y feliz, ya que tendrá repercusión en el resto de su vida.
Es indispensable sentarnos a meditar un poco; debemos dar una mirada hacia atrás y recuperar todos los valores que hoy son más importantes que ayer; vale la pena examinar nuestro estilo de vida, y escoger lo precioso y permanente, desechar las cosas que entraron a formar parte de nuestra existencias y que son inconsistentes y en nada contribuyen a robustecer un futuro que se presenta cada vez más fascinante y tremendamente exigente.
Este prefacio es una invitación a pensar pausadamente sobre aspectos fundamentales de nuestra existencia; es dejar a un lado lo trivial para preocuparnos de aquello que es trascendental.
Todo tenemos en nuestra mente algo que recordamos de nuestra niñez en el ámbito escolar, son recuerdos que nos trasladan a la infancia y nos vincula con algún maestro o maestra, de quien recibimos enseñanza y recordamos con respeto y agrado.