Francisco Ponce Carrasco

El Palau de la Música Primer concierto 2015 – El Ventanuco

El Ventanuco (Columna Periodística)

“Un concierto suena de forma distinta según quien lo dirige, incluso si lo hace el mismo director dos veces, la música es única e irrepetible”

 

El Palau de la Música de Valencia celebró su primer concierto de abono el pasado viernes 9 de enero 2015 con un lleno total del aforo de la sala Iturbi.

La orquesta de Valencia estuvo dirigida por el maestro Enrique García Asensio y actuó en la primera parte, el valenciano, concretamente de Vilanova de Castelló, Damián Martínez Marco como violonchelo solista, que hizo una magnífica interpretación dentro del concierto y al finalizar por insistente petición del público interpreto un ‘bis’ de título: La courante de la 3 suite de Bach para violoncello solo. Como dato y curiosidad toca un Jean Baptiste Vuillaume, construido en París en 1863.

La formación sinfónica valenciana desentrañó un programa romántico franco-alemán, en el que se pudo escuchar, en su primera mitad, la obertura de ‘El cazador furtivo’ de Carl Maria von Weber y el ‘Concierto para violonchelo’ de Robert Schumann, interpretado por el concertista Damián Martínez Marco.

Completó el programa la monumental Sinfonía nº 3 con órgano de Camille Saint-Säens, una de las obras del compositor francés que siempre figura en el gran repertorio, y favoritas del público, que aplaudió con vehemencia y puesto en pie.

Al Finalizar nos encontramos con estos magníficos artistas virtuosos de la música en sus camerinos, con quienes tuvimos la fortuna de intercambiar criterios y sobre todo hacerles llegar la plena y unánime satisfacción del público, que habíamos vivido junto a los espectadores en el patio de butacas.

Su amabilidad nos permitió gratos momentos de ‘aprendizaje musical’ y sobre todo conocer de cerca y una vez más su humanidad.

En un momento me permití alabar la energía que había mostrado el insigne maestro valenciano Enrique García Asensio durante toda la tarde-noche dirigiendo con pasión el concierto, y me respondió de la necesidad de que así debía ser, para sacar el máximo posible de cada músico que siempre totalmente entregados ofrecían, y  añadió: “Un concierto suena de forma distinta según quien lo dirige, incluso si lo hace el mismo director dos veces, la música es única e irrepetible”, por cuanto se hacía de razón su entrega.