Nos regaló un mensaje cercano y emotivo, plagado de recuerdos, que caló entre los asistentes y fue largamente ovacionado.
Con un ¡Viva! a la localidad y a la Virgen del Molino, dio la orden de lanzar el ‘chupinazo’ que abre unas fiestas sin parangón en la provincia de Teruel.
Luego los muchos asistentes congregados en la plaza y los aledaños, al son de la charanga que interpretaba música festiva, recorrió las calles de la localidad hasta llegar a donde estaba ubicada la tradicional “Quema de la Carrasca” que fue prendida en pujante hoguera como manda la tradición.
Desde un remolque habilitado para el suministro de los ‘cacahuetes’ y el vino que se obsequia a lugareños y visitantes en señal de acogida y como inicio de las fiestas, se repartieron kilos y litros hasta complacer a todos los presentes.
Por el trayecto se unen los cabezudos, en festivo y variopinto cortejo de personas de todas las edades, que celebran el inicio de los días que seguirán con todo tipo de actos lúdicos: Verbenas espectáculos, entrada de vaquillas, corrida de rejones y de toros, entre otros, sin olvidar los religiosos con la solemne Misa Baturra y la salida en andas por los alrededores de la ermita de la Virgen del Molino.
El ambiente no decae, puedes tomarte el tiempo que precises y luego de reponer fuerzas con los productos de la zona y sus buenos caldos, acudir a los muchos actos que repletos de gente te ofrecen un rato de convivencia vecinal.
Juan Paricio Muñoz, fue ampliamente felicitado por sus amigos y convecinos, por su cálido y emotivo pregón.