Cruz Roja: nombre de mujer y de madre – La Columna

Una constante que no cesa y tampoco se termina de solucionar

Con demasiada frecuencia nos informan los medios, de la aparición de personas muertas en nuestras costas o de que encontraron a la deriva una embarcación cuyos tripulantes exhaustos cambiaron un ‘sin rumbo en su tierra’ por un ‘sin rumbo en el mar’.

La huida de estos seres que en un esforzado intento pretenden escapar de la miseria, opresión o vete a saber que mil penurias, obligándoles a salir de su país de origen y subir a bordo de tan frágiles embarcaciones, enarbolando por única bandera los colores del deseo y del miedo, se convierte para muchos con maldita frecuencia, en un viaje sin retorno.

Mientras las naciones, países, regiones, gastan cantidades ingentes de dinero en la interesada búsqueda del <<poder>>, otros mueren por no <<poder>> con su carga de infortunios.

Esperanza Cruz Roja, nombre de mujer y por lo tanto de madre se ha convertido en un emblema de expectativa para muchos de estos desventurados de la vida, que solo ambicionan encontrarla para que bajo su blanca tela y roja cruz, les de cobijo, aplaque su hambre y ¿Quién sabe? Les libre de una repatriación.

¿Algo se tendrá que hacer para que esto termine? No es la solución negarnos a mirar de frente la cruda realidad, por habitual que nos parezca. Como dice el ilustre Don Antonio Machado: “Peor que ver la realidad oscura, es no querer verla”.