Es una lacra en cualquier época del año, que se percibe con mayor agudeza cuando termina el verano, la mala educación de unos (bastantes), pone en peligro la salud y profilaxis de muchos
Sugiero, amables lectores, que bajen la cabeza y miren al suelo. Tampoco costará mucho, pues son tantas las cargas acumuladas sobre nuestro hombros por culpa de la crisis, impuestos y otras lindezas que el esfuerzo será mínimo.
A lo que iba, miren las aceras de nuestra ciudad y verán esparcido un sinfín de manchas negras, con mayor cantidad en las zonas próximas a lugares de ocio o bares.
Puede que ustedes ya lo sepan, pero a mí me causó cierto estupor cuando me enteré que son simples ‘chicles’ escupidos en su día y adheridos para siempre a nuestro paso.
Consumidores de esta práctica de mordiscar, ¿tanto cuesta que, cuando sus papilas gustativas lo rechacen por gastado, lo envuelvan en un papel y lo guarden o depositen en una papelera?
Consultado con expertos, esas manchas negras tan incrustadas son muy difíciles de quitar y desde luego si se destinan medios para hacerlo, son de muy alto coste.
Solo es cuestión de tener urbanidad ciudadana.