Francisco Ponce Carrasco

Nochebuena, olor a Navidad – El Abrelatas

La fascinación de la Navidad o la tiranía publicitaria de las televisiones

Las calles rebosan gente entregada al consumo. Un paseante poco habitual del centro de la ciudad, recorre la zona con deportivas desgastadas y un vaquero raído, lleva de la mano a una niña de seis años. Su hija.

Ante un escaparate se detienen para ver a la muñeca Ninoska. Es real, la misma que ella ve por la televisión. ¡Está ahí! Tirando del brazo de su padre lo arrastra al interior de la tienda, preguntan el precio, ¡Es cara la endiablada! Le enseñan otras mucho más económicas. Pero claro no es la Ninoska de la tele.

La familia es humilde y el padre empieza a odiar la publicidad. ¿Por qué pagar tanto por esa muñeca, si las otras iguales cuestan menos?

Nochebuena, olor a navidad. En la mesa solo cascajo y sucedáneo de turrón, poco más.

Pero en la silla de la pequeña un gran paquete: dentro Ninoska. Unos ojos como platos en la chiquilla. En otros ojos, unas incipientes lágrimas de alegría.