Francisco Ponce Carrasco

La música nos habla de besos – El Ventanuco

Bésame, bésame mucho…

Como si fuera esta noche

la <<primera>> vez….

De acuerdo… de acuerdo… la canción no es así… pero yo prefiero ponerle “inicio” y no “final”… ¡Vale!

En el “Día Internacional del Beso”, que se celebra el 13 de abril de cada año, lo situaremos en este 2024, bajo los siguientes parámetros:

Lo normal cuando se besa es que se libere “dopamina”, un neurotransmisor que genera el deseo de estar con la persona a la que se besa y una sensación de ingravidez, vamos que entras en <<levitación de colores>>.

Durante el beso se produce una mezcla bioquímica que lleva a las personas a un estado de conciencia alterado.

También está indicado como terapia, puesto que aumenta la temperatura, lo que mejora la circulación del organismo. Estimula el sistema inmune. Libera mediadores químicos que inducen un estado de tranquilidad, además, combaten la depresión, angustia, desánimo, tristeza o aflicción.

NOTA: Sobre el párrafo anterior tampoco se trata de ir por la calle poniendo los <<morros retadores>> detrás de alguna “moza” o “mozo”, por si te los parten… evidente.

De acuerdo con los estudios de la doctora Sheril Kirshenbaum, al besar se queman 15 calorías en unos dos minutos y se activan todos los músculos faciales (34), además de (130) músculos extras, (no me sean mal pensados).

Mover estos músculos disminuye la formación de arrugas en la piel, la mejoran sensiblemente y estimulan su regeneración.

El acto de “besar” en el sentido más amplio (no solo los llamados de lengua), tienen un claro significado de afecto, cercanía y/o comprensión, por lo que se recomienda su práctica.

Como decía San Agustín: << La medida del amor, es amar sin medida>> y luego añadía <<Sí, callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si perdonas, perdonarás con amor>>